Cómo enfrentar una entrevista de trabajo

La entrevista es el momento clave en el, en ocasiones largo y arduo, proceso de buscar trabajo. 

No es descabellado que en los días u horas previas a la entrevista los nervicios vengan a visitarnos. Pero no te preocupes, estar un poco nervioso/a es bueno. A continuación te explicamos algunos consejos para que encaremos mejor este momento decisivo.

Lo  más importante durante la entrevista es ser sinceros en todo momento, no mentir ni hinchar nuestras cualidades o conocimientos. Es muy importante no hacer nosotros las preguntas, dedicarnos a contestar las preguntas que nos planteen, a fin de no resultar incómodos.

También es de vital importancia nuestra apariencia personal, es muy importante ir bien arreglados, quizá con traje, para tratar de mantener una imagen personal elegante de cara a la empresa en la que nos presentamos. Por último, hay que tener presente que también tendrán en cuenta el lenguaje corporal, por lo que deberíamos evitar caer en tópicos o mostrar muchos tics nerviosos que podrían denotar nuestro nerviosismo o inseguridad.

La preparación te dará confianza y tranquilidad

Prepararse para conocer cómo enfrentar una entrevista de trabajo es fundamental para optar con todas garantías al puesto de trabajo que deseamos conseguir. Cuando nos conceden una entrevista de trabajo, podemos sentirnos entusiasmados por que supone un primer avance en la búsqueda de un empleo, pero también solemos sentirnos agobiados por la posibilidad de fallar en la misma.

Esto es algo que debemos desechar, porque los pensamientos negativos influyen en nuestro ánimo y lejos de ayudarnos, nos complican. Ante todo no pensar aprensivamente sobre la entrevista de trabajo, después de todo nos permite conocer si el trabajo que estamos solicitando nos conviene o no, lo mismo que permite al posible empleador formarse una idea de lo que puede esperar y da la oportunidad que pueda informar así como informarse.

Una entrevista debe enfrentarse con aplomo, no hay en ella nada que resulte realmente complicado y aunque a veces pudiera darnos la sensación que no nos ha ido bien en la misma, la manera de lograr la mejor impresión es manteniendo la calma, actuando con tranquilidad, conduciéndonos con respeto y sobretodo comprendiendo que todas las preguntas que nos dirijan están encaminadas a completar el perfil que el empleador está por formarse para considerarnos para un puesto.

Sin entrevista es imposible asumir que se puede contratar a una persona ya que sus competencias, la información que contiene su curriculum vitae, algunos aspectos de su experiencia y sus expectativas personales deben obtenerse directamente de la entrevista. Por su parte el candidato obtendrá la información que necesita sobre las que serían sus posibles obligaciones así como lo que la empresa puede ofrecerle en cuanto a expectativas económicas y profesionales. Todos estos importantes aspectos deben tratarse directamente, porque puede ser que el proceso de reclutamiento no resulte para nada completo ni satisfactorio si las partes no concurren a una entrevista que aclare todas las dudas sobre el candidato y sobre el empleador.

Quizá el termino “enfrentar” no sea el más apropiado, después de todo la entrevista no es algo negativo sino un primer acercamiento entre el posible empleado y el empleador para aclarar aspectos y conocerse un poco más. La misma suele llevarse por tradición como primera fase del proceso de reclutamiento obligando a una nueva entrevista luego que el candidato ha completado todos los requisitos para optar el puesto. En las últimas décadas las cosas cambiaron también en el entorno del trabajo y ahora la entrevista está limitada a aquellos que han llenado los requerimientos del puesto, y se puede decir hace aún más fácil la misma por cuanto ya lo que se establece es el lazo de comunicación de dos personas que prácticamente están por trabajar juntas.